La comida es parte del viaje, y es que en cada país del mundo se cocina y se come diferente, por lo tanto sentarse a comer es también descubrir el país, la gente y su cultura.
Es indiscutible que Italia es un país con mucha identidad, muy diferente al resto de sus hermanos europeos. Su gente, su idioma, el sol brillante en verano, los olores, la masa, el
tomate, el queso, las especias.
ES INDISCUTIBLE QUE ITALIA ES UN PAÍS CON MUCHA IDENTIDAD, MUY DIFERENTE AL RESTO DE SUS HERMANOS EUROPEOS
En Italia hay dos tipos de pasta básica. La pasta secca hecha de sémola, harina, trigo duro, y la pasta fresca, que es la que abunda en los restaurantes o casas de comidas, que es a base de huevo y harina de trigo duro y refinada.
Sentarse a comer en Italia solo o acompañado, en un restaurante o en una casa de familia es sentirse en la casa de los abuelos, el domingo al mediodía. Manteles de cuadriculados (muchas veces en lugares turísticos, pero que los hay los hay) vinos o jugos en jarras de vidrio y la pasta. La pasta siempre al dente, mezclada con tomate del fresco, el queso ni muy derretido ni muy sólido.
La cuchara acompaña al tenedor pues comer la pasta es todo un arte en esta zona. Jamás se le echa aceite al agua de los fideos, la sal se coloca solo cuando el agua está a punto de ebullición, los fideos son el “primo plato” primero se recomienda comer un antipasto y después el “secondo plato” que es generalmente carne o pescado. No son spagetti a la bolognesa son tagliatelli, cada pasta tiene un condimento o salsa predeterminado que hay que respetar y no hay nada que un buen plato de pasta no solucione.
Comer pasta en Italia. HECHO