Hospedarse en una antigua posada patagonica

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Gracias a mi trabajo he podido visitar lugares realmente increíbles. Dormir en casas del árbol, en iglús de vidrio y hasta en bungalow sobre el agua. Hoteles excéntricos y aventureros. Algunos repletos de lujos y otros desprovistos de todos. Pero en mi búsqueda de experiencias para hospedarme en la bellísima Patagonia llegué aquí, una antigua posada que se destaca, además de por su belleza bien evidente, por su historia. De esos lugares que parecen que guardan cientos de cuentos en cada una de sus esquinas, donde cada detalle tiene su vida y su propósito. Lugares realmente mágicos.
Y no solo lo digo yo, hasta hay un libro que lo cerciora. Señoras y señores tengan la bienvenida de la antaña posada los juncos.

Ubicada en el km 20, a unos pocos pasos del emblemático cerro Campanarios y en la famosa ciudad patagonica de Bariloche se encuentra La posada Los Juncos.

Aunque no toda la vida llevo ese nombre, a penas terminaron de construirla en 1949 se hacia llamar bajo el nombre de Los Nostros. ¿Y por que digo se hacia? Más de un dueño asegura que la posada tiene su propia vida. Es ella quien ha encontrado a cada uno de sus dueños, quien se ha revelado ante quienes quisieron explotarla y enamorado perdidamente de quienes han sabido cuidarla. Cuentan las hojas de un viejo diario – Un libro que Lucas Bozzano actual dueño de la posada, recupero y mantiene intacto en su biblioteca para todos los interesados en la historia de esta magnifica casona –que aquí la magia sucede y ha sucedido. Y es que si lo pensamos un segundo el lugar tiene todo para que así lo sea. Alejada de la vida comercial, con ventanales directos al lago, ambientada con el sonido de los cerros y bendecida por la nieve de invierno. En esta posada hubo amores, desencuentros, encuentros, coincidencias. Hubo historias de vida de miles de viajeros que han pasado dejando su huella en los rechinantes pisos de madera.
Esta posada tuvo un hada. O al menos así la llama ella. Una simple turista que se enamoro de sus paredes y volvió a darle vida a la casa. Después de una seguidilla de dueños que la abandonaron por rebelde, llego ella a devolverle la alegría y así con su varita dejar grabadas miles de historias que permanecerán allí en el corazón de una vieja casona en la Patagonia.

Hoy en día abro mis ojos y se escucha a lo lejos el resoplido del viento. Los amaneceres arden frente a mi ventana y el lago parece a punto de cambiar de color. Desde la habitación me dejo llevar por la vista infinita de los cerros mientras huelo las medialunas calientes que Lucas prepara en la cocina. Dejo mi cuarto perfectamente calefaccionado y me aventuro a cruzar por la galería hasta subir la sala de estar donde me aguarda el desayuno. Una suave música acompaña al compás la salida del sol, té caliente, dulce de leche, y facturas recién horneadas.
Estampo mi cara contra el vidrió del lobby mientras bebo mi desayuno Me siento en una casa que se encuentra perdida allá en los 50. Y como pocas veces suele pasar, me siento un verdadero viajero. Pero no solo quiero sumar esta posada a mi libro de experiencias por el mundo, realmente quiero que ella me sume a mi. Quiero ser de su memoria de historias una más que quien sabe, cuente dentro de unos años en un nuevo diario.

Rodeada de árboles, un poco elevada del camino – lo que le da una vista exquisita de la bahía- le tomo una foto desde el muelle de enfrente. Tan coqueta por fuera con su estilo alplino y por dentro claro, decoradores del Llao Llao han trabajado en el interior de ella. Es que siento que es como vestir una princesa, la historia debe verse reflejada en su nueva estructura pero mantener el pasado intacto. Y sinceramente siento que lo lograron.

Lucas me presto un poco el libro sobre la hostería – Ya les dije que la casa tiene su propio libro, la hostería prodigiosa- y me detengo en una parte muy peculiar que me tomo el atrevimiento de compartirles

“ ¿Quién puede elegirme para vacacionar siendo solitario, incomodo y por mi lejanía al pueblo, nada barato? Solo seres extraños, rarones y fuera de lo común.
Por lo pronto, a nadie que llegue hasta aquí en avión se le ocurría alojarse tan lejos de la vida comercial y divertida del pueblo, de las agencias que organizan excursiones, del comercio con sus vistosas vidrieras, de confiterías, cines, bailes, clubes nocturnos. Desde el vamos queda excluido el turismo internacional y adinerado. Quedan los gasoleros, pero no tanto (…) ¿Quiénes vinieron a mi? Multitudes de enamorados, pobres y sobretodo clandestinos, gente conflictiva, resentida porque se sienten golpeadas por el mundo; personas poco comprendidas, mal escuchadas, tímidas o con problemas de adaptación. SOÑADORES solitarios y poetas, gente con mucho gusto y poca plata. Estos han sido mis huéspedes y sobre ellos ejerció el HADA (…)”

Me he hospedados en lugares hechos para no dormir y otros hechos para descansar. Pero aquí me he topado con una nueva experiencia. Estoy hospedándome en un lugar para despertarse.
Bienvenidos Posada Los juncos

 

Link para quienes les interese hospedarse en la POSADA LOS JUNCOS

Aquí van a encontrar precios, servicios y habitaciones y toda la info para llegar a conocer este magnifico lugar. Por reservas pueden contactar el siguiente mail  reservas@posadalosjuncos.com

 

 

 

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